lunes, 23 de diciembre de 2013

Su promesa no era más que estrellas de lunares estrelladas en su piel erizada.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Mi piel arde modesta, se sumerge en sudor de lágrimas, cuando una luz grita desde lejos, grita por ser acallada.Y en silencio, la elevación yace en una esquina. El cemento y las huellas fétidas marcadas. Su semblante palidece bajo una luna delgada. Presiento la decadencia de las aguas, presiento una marejada de vino que se abre para el paso de Noé. Estáticas palabras caen en martillo y se almacenan en un pequeño pocillo como un tesoro. Mi piel arde y quiere arder. Las lagrimas caen también dentro del pocillo, mientras la noche ruega por salir. La madrugada es delineada imperfecta pues reflejan dos pupilas deshechas. Más el pasado dejó su pútrida esperanza quemándose bajo cien fuegos matutinos. Mi piel arde pues la succionan emociones adheridas. Que no puedo arrancar. Mis labios a lo lejos se comparan entre gracia y debilidad. Mi sonrisa es suplicada pero, mi piel arde. Duele tanto como ayer. Prendo fuego o exalto aguas, ruego, pido o perdono y aún así arde. La eternidad es un infierno en la tumba que cavé.

domingo, 17 de noviembre de 2013

En el esplendor de lo desgarrador
la luna se suele comparar con la flor.
Y mientras es sembrada
las lagrimas chillan sutíles
como si algo pudiésen conseguir.

Y están esos ojos que
ocultan siniestros
y desvían lo supuesto
bajo la sombra ruin del ayer.

Riego el campo que cubre
las mil semillas que planté,
riego la tierra ya seca
riego las pequeñas hojas deshechas.

Y en una pequeña esquina veo
un hormiguero sucumbir
bajo las aguas que yo misma
rocié.

Y en otra esquina están
las cartas y cartas que encierran
las voces y lagrimas que
jamás presencié.

Quizás la tierra está mala,
la luna se postra estupefacta
su belleza perversa no origina
tan solo una flor.

Con dolor escucho nuevamente
un poema de amor.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Cruel serpiente hermosa
grasna la hueca pomposa.
Somete mi delirio a juego limpio.
Devuelvo yo una triste mirada,
grito y no impido.
Triste compasión deliberada
que acompleja mi ruego llano.

Agito las visiones borrosas del pasado 
postradas frente a mis ojos
una y otra vez ojos de buho que
lloran por las mañanas.
Despréndase de mi la magia
destructora de miedos
que sucumbe procastinada
a la suerte de los ríos.

El aire tirita descalzo para
poder deshacerse 
de las lagrimas.
En silencio sospecha que
la juventud que se marchita
bajo un muelle de la isla del sol
rompen los glaciáres de agua
y sucumben en las tormentas.
Renuncia el amor 
hasta que sea encontrado
pues será encontrado
al final.
 

domingo, 3 de noviembre de 2013

Concibo bajo clemencia de un gato desolado
restos de su repugnante comida
y así resisto envuelta en bolsas
que cubren la tormenta del paraíso
todos los días.
No puedo quitarme las bolsas,
no puedo aceptar limosna
como si viviera en un puto capitalismo emocional
para encontrarme sola
por propia voluntad.

jueves, 31 de octubre de 2013

Perfección y ruina

La romántica escena del ocaso en una ciudad bombardeada por ampolletas y donde nunca es de noche. Un árbol casi en sombra se deshace en pequeñas ramas. Y en la punta terminal, donde se cree que éste va a desaparecer, brota un cúmulo de flores blancas. 

Lo más bonito de la escena era el reflejo que una de las ampolletas en una esquina producía en las hojas maltratadas por el tronco.  Era una tarde en primavera de un Santiago oprimido en pleno Halloween. 

Al mismo tiempo es romántica la esencia  poeta, del chico que se encarama al árbol, rasgándose los pantalones, que ya habían sido rasgados un par de veces, y consiguiendo arrancar el ramo de flores que crece en la misma punta. A mi parecer, englobaba la belleza misma de la flor. Quizás para impresionar a alguna chica importante, o no, en su vida. Pero el por qué no valía la pena saberlo, el acto mismo era la perfección y ruina unidos en armonía y preludio expectante.

Una niña desde el balcón lo enfrenta y el torpe chico le sonríe desde arriba con una mueca chueca y con los ojos brillosos. Yo no me esperaba que el alma valiente del rebelde engendrara una lágrima, pero hacía sentido, nadie insensible podría jamás reconocer la divinidad del ramo concebido por el árbol.

La niña baja, llevaba un vestido largo de seda celeste para dormir, era una mujer. Y tiritaba. No pude entender si por el frío o por el miedo. El torpe chico baja del árbol, se limpia las rodillas rasmilladas y arregla las flores que tenían un cierto parecido a los ojos de la mujer. Ella se mostraba dolida, como si hubiese arrancado una extremidad en aquél acto. Entendí, por como la mujer lo miraba, que se conocían. Entendí que el ramo siempre estuvo destinado a ella, más ahora la vergüenza atajaba la entrega. El rebelde mira con culpa al suelo, esperando poder acriminar a alguien más que a sí mismo. Yo sé que la pobre no quiere condenarlo y por eso, toma el ramo que se encontraba un tanto escondido por el chico y lo observa con cuidado. Probablemente lo contemplaba para evitar mirar los ojos de él, que se iluminaban por la acogida. 

La ampolleta que producía el reflejo en las hojas, y ahora, en el vestido largo de seda, se apaga de un segundo a otro. Una coincidencia que difícilmente sucede en ésta ciudad que jamás se apaga. Pero en fin, se extingue un episodio. Qué inoportuno. Nunca pude ver el final de la historia. Me prendí un pucho, merecido, e imaginé que pudo haber pasado.

jueves, 24 de octubre de 2013

piélago

Un sueño de atardeceres en la ribera de un piélago
mientras aguas suben, aguas bajan.
La mano se acopla a su ánima
quién la cubre con elegancia y observa anónima.
Se respiran,
hocicos fusionados
narices se hacen cosquillas,
buscan la inocencia
del pasado en temporadas venideras.
Hoy se buscan en la distancia del tiempo
pues cerca se tienen
más cerca que en sueños.
Trae la flor un hedor,
gris oculta la belleza
de brotes emergiendo en primavera,
de otoños cristalinos
e inviernos acogedores.
La oculta pués no queda más
que la imaginación de
ambos dos unidos en el presente,
separados por lágrimas
que crujen por volver
mientras observo,
al sol temer
por mí.

martes, 22 de octubre de 2013

El pegamento deteriorado de un recuerdo
que se acerca y se aleja
mientras el bufón, en plena corte, se burla de mí.
No, la gracia no está de mi lado para que yo pueda sonreír.
No hasta que la presencia se haga eternidad
y así pueda remar alrededor del anillo
que se desprende de mi meñique.
El corazón también.

domingo, 20 de octubre de 2013

he engendrado mi planta de hogar
bajo los rayos de sol que cobran por sombras.
se escucha al tiempo adelantarse sin ninguna pregunta
que cuide de fuego en boca y de boca en fuego.
intensidad de paradigmas falsos
yo no alcanzo a darme cuenta.
pruebo como duele una vez más la suma en competencia
de un conejo y de una liebre que se parecían más de lo que creían.
uno tenía imaginación.

engendré también pequeños insectos verdes
que amenazan todos los días con
mutilar mi planta de hogar.
luchan contra mis manos que también han sido cortadas
hacía mucho tiempo.
el soplido de un viento agobiante
me avisa que ya es hora de aquello que
nunca quise y tanto añoraba.
me tocó reir del rayo eléctrico que una mañana
provocó la grieta
de unos ductos sanguíneos.

engendré el sueño de la planta de hogar
a la espera de que creciera
y no dejara de hacerlo.
todos los días la regué sonriéndole,
otra vez una canción y, en las noches le rezé.
no escribo un poema para anunciar
la simple pérdida de la bella planta.
si no pretendo mascar, las margaritas rasgadas.
que creían haber acumulado tantos más recuerdos
que cualquier otra flor que se hubiése arraigado
en el jardín.
pretendo mostrar todos los días, las pequeñas lagrimas
que en su honor resguardo.
pues sus hojas largas y puntiagudas están
para recordarme
que un pájaro negro sigue oculto en mi columna
y que aún debo cuidarlo
de los lobos y ardillas.

miércoles, 16 de octubre de 2013


Si las lágrimas priman, sería ciega a sus ojos.


Cierro los ojos. Busco consuelo. La noche es muy fría. Los días eternos. Y escribo palabras, inútiles frases, alargados poemas que al final… no sirven de nada. Debo sonreír ya que estoy tan cerca. Sus ojos me acechan, aunque no me estén mirando. Y caigo en la perpetuidad de un momento. No es sano.  Me encierro en un cubículo de noche. Cada noche creo a alguien que pueda adaptarse. No perderse en gritos desesperados de quién me engendro, o lágrimas de quien odio, odio sin poder absorberlo. Recuerdo. Recuerdo absuelta, descalza. Una alfombra pisoteada, y una pequeña puerta que se cerró poco a poco esa noche. Creo haber empezado a navegar. Navegar sola, solo con un remo a mi lado. Solo un remo. La mano izquierda me es desfavorable. No funciona. Y la derecha toma el poder, en mi navegación circular. Ahí estaba el, sonreía. Yo lo miraba con desprecio, jurando jamás volver a recordarlo. Y hoy, recuerdo ese desprecio. Y creo ser yo a quien odié tanto tiempo. 



Subió el empinado cerro que tanto se habia prometido a sí misma. El cerro que tan pocos habían logrado escalar, pues jugaba con todo lo hermoso y también lo más horroroso. Las sorpresas del camino eran inigualables. Caminaba mucho esperando que nada hubiése atrás para mirar. Más un día miró y se enamoró de la belleza de la nostalgia ubicada en una pequeña hoja que el otoño echó a volar. Se quedó tan anonadada que a sus piés se les olvidó como caminar. Sus ojos no podían alejarse de la escena que la consumía segundo tras segundo. Desesperada a veces trataba de cambiar el curso de los hechos, quizás las cosas se verían más bonitas, menos vomitivas. Pero no podía atravesar un espejo tan grande y menos desde aquella distancia. Cuando se dio vuelta, libre del hechizo otoñal, descubrió que el cerro que había escalado, era tan solo arena movediza y que ella  se encontraba al fondo del pozo. Con una cuerda cargaba a quien la había acompañado, la misma cuerda soltó para no arrastrar a nadie.

domingo, 13 de octubre de 2013

tuerce

corre la silueta de su caballo salvaje en las penumbras
de la sombra que almacena la cama.
en las murallas vestigios de letras y huellas conectan la aguda escencia
del cuadrúpedo enfurecido llorando aquella noche.
arrastrado en el suelo estirando su mano rogando.
tomo su mano y la cubro antes de algún catástrofe que las desuna
y hoy la sombra que almacena la cama
me traga.
botellas y colillas mezcladas en un mismo recipiente que apesta
y seguirá apestando.
pasta molida en polvo interesante.
su silueta se adhiere bajo mi propio deseo reprimido
y así pasa la carretilla  arrastrando a quien pudo arrastrar conmigo
para que me canten
en mi muerte, en su muerte.
a ella que duerme conmigo
bajo una apariencia engañadora.
Tuerse mi puño como un tornillo infinito
hasta que gire y no deje de girar,
hasta que mis diminutas cuerdas vocales se silencien pues el mar de lagrimas se avecina
en un mísero terremoto que merece respeto.
pero yo la arrastré y así
torcí mi puño,
como si fuera una goma de mascar.
Un momento,
quizás tan solo una equivocación ella busca.
Se culpa a sí misma.
Yo me condeno por no haber corregido el error
ahora me tiene a mí.

viernes, 11 de octubre de 2013

Sospecha

Recorren sus dedos mis dedos que tiritan
y buscan sumergirse en las aguas sospechosas
para que sospechen
de que sin ellos no tiritan,
de que un beso tranquiliza.
Llévenme hoy a la cueva que cubre mis ojos
y así no ver nunca más otros ojos.
Tráiganme el odio que he críado todos estos días
alimentado con gusanos desenterrados
de miedos que lograron salir en un día lluvioso.
Con ese odio creceremos margaritas
en otoño, en invierno.
Régenlas con lagrimas, las mías, que vuelan
el camino del tren
una vez más, hechó humo.
Y después cúbranme con una manta
mientras me derrito en los sueños,
mientras mis dedos tiritan y buscan el agua
y buscan los besos
y me deshago
tan solo un milagro
en todos mis rezos.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Con una mano cubro la flor caída
cuando el luto de lagrimas
la mantiene viva.
¿Por qué creces si bajo las sombras el cielo pretende que te abstengas?
Se sumerge en agua,
y así su piel
arde.

Lugar preferido

En un pasillo se siente
el olor a gato muerto.
Las cucarachas remuerden
abandonadas maderas que crujen.
¡Y los pasos, criatura!
me sumergen en el sueño
que me invita a una pieza obscura
a descompensarme en besos.

A mi madre

Una pequeña fuente de milagros
crea la grieta divina
que los cielos desde lejos, cubren en silencio.

martes, 24 de septiembre de 2013

Que partió de mi un barco llevándome.

Zarpa el barco que pañuelo de vieja con lagrimas.
Corro, corre atraviesa
el puente de súbditas y entrañas.

Zarpa el barco que me arrastra, gime el humo en tinieblas
y ellas cantan y ellos cantan.
Correa en cuello me lleva
cual suelta
cual perrera.

Enciendo un insienso que auxilia el olor de todas aquellas axilas
y yo
me deslizo en un mar sin fronteras.
me sumerjo esperando la espera.
me deshago cubierta de rocas
me escapo de mi de mis propias bocas.

Zarpó hoy el barco sin despedirme.
Los pañuelos de vieja con lagrimas caen
las viejas con lagrimas caen
las lagrimas caen.

Zarpó hoy el barco sin despedirme
y el añoro de mis besos se entregan
a quien dejó de quererlos.
A quien los quiso.
A quien los cambió.

Zarpó hoy el barco sin despedirme
más flotan fotos de algún mísero recuerdo perdido.
más aparecen elefantes de algún mísero regalo perdido.
más se escuchan canciones de algún mísero cd perdido.
más vuelan polillas de algún, ni se qué perdido.

Zarpó hoy el barco sin despedirme
zarpó y yo guardaba en mi un pájaro negro,
que alguna vez fue azúl.
zarpó para liberar el pájaro negro
y así encontrarme con el azúl.

Zarpó hoy el barco
Zarpó hoy el barco
Zarpó hoy el barco y sin despedirme
zarpó.

domingo, 8 de septiembre de 2013

"No puede haber belleza en el sentido clásico en un rostro que padece agonía"
Marchó la muchacha con el pájaro
a cuidar su alma.
Zarpó la noche de la otra sombría sospecha.
Su mano untada en la viscosidad del lecho
enseñaba cicatricez grietas lomas de inconstancia.
Un pequeño cabello desunía la distancia
que sin voluntad sucedía.
Su maleta vacía cargaba bajo el camino de los rieles,
sin querer terminó realizandolo.
El camino duraba lo eterno
el pájaro se lo dijo.
Es por eso que la maleta iba vacía.
Más tan solo quería derramarla en el pozo pues
acumulaba lo imposible de acumular y
la luna lo reflejaba vengativa.
La copa reflejada en mis ojos que sienten tus ojos
mis dedos reflejados en el agua de la llave que no corre
prueba la fuente y se deshace como
si el humo huyera del cáliz.
y la nube evoca el rostro
y la memoria se cubre de pañuelos negros
y la mujer camina por un pasillo de vidrio mientras baila.
y las cutículas pronunciadas quieren ser sacadas
bajo el manto del féretro que me grita la ausencia.
Puede la noche llorar mientras el día.
Puede porque así me sumerjo bajo el mar de escorias
en busca de un tesoro bello y libre que
me deje ir.
Cuatro estatuas al anochecer
corren de las manillas
en un eco contínuo.
Su saber me retiene
en un otoño superficial que
destruye hojas
y en una primavera perfecta
de dolorosa cercanía
fuego rehace las gotas
el semen las gotas
los besos en gotas
la caricia mojada
de unos labios que tiritan
en un auxilio hermoso.
pues tiempo y manillas
corren y el eco no importa.
"Abril es el mes más cruel, hace brotar lilas del interior de la tierra muerta, mezcla la memoria y el deseo, estremece las raíces marchitas con lluvia de primavera"

lunes, 2 de septiembre de 2013

Bella desaparece
bajo los rayos de luz
que queman la bella especie.

Bella no quiere
pues su sombra se mezcla
egoístamente
con las flores incipientes.

Prueba Bella la lagrima amarga
que la luna tejía
mientras Bella al espejo
se miraba y sonreía.

Bella cavó profundo
para encontrar alguna botella
una bella botella
en el abismo rotundo.

Y Bella se seca
a pesar de regar sus flores
a pesar de alumbrar sus flores
todos los días.

Y Bella se seca
a pesar de cubrir sus lagrimas
a pesar de guardar sus lagrimas
todos los días
.
Rasjeo la bella armonía
que sincroniza palabras repetidas.
Tiempos repetidos. 

Y Bella pretende secarse por siempre
en el camino
en la espera del espejismo correcto
con el cual observarse a sí misma
y creerse bella.

Y es bella hoy en día
es bella cuando se cuida,
Bella es bella sin que otro se lo diga
pues Bella jamás será bella.



jueves, 29 de agosto de 2013

Fotografía

Descubrir lo mejor:
sucede cuando los ojos se cierran,
la ceguedad disipa toda duda
y las perspectivas atormentan.

Fotografía II

Debe sonar una canción en mi delirio
sin embargo
olvidé que la recordaba.

fotografía III

Visitar en tren
la tierra que no existe
y ampliar mi muerte en aquel recuerdo.

lunes, 19 de agosto de 2013

ven

Voy hacia la roca que cubre
los rieles de tren oxidados.
Un año atrás los regué con agua de alcantarillas,
para desaparecerlos
que engreída.

Ven, camina hacia mi abandono
y protege las tierras secas
y protege mi semilla
y protege mi ánima
y protege.

Cuída mi tumba del sonido de las moscas que revolotean mis cabellos en búsqueda de, no sé que cosa.
Cuída mi cariño que suelo desperdiciarlo inútilmente en tan solo, niños.
Cuídame a mí, pues ya nadie me cuida.
Y cuídame, y deshace la agujeta creída
y cuídame
y cuídame
y cuídame por última vez
en los segundos en que sola me acuesto y rezo 
para cuidarte.

Polilla

En las noches se incendia un capullo de flores marchitas
que partieron embobadas con la luz estéril
de los desiertos y espejismos 
y cayeron delirantes en el juicio del cretino.

Prepara el funeral y las lágrimas
planifica la reconquista de la piedad en tu propia alma.
Observa con los ojos exaltados
y trepa la caricia rugosa en los senos manchados.

Prueba una vez más el olor de sus manos,
atrapada entrega su obra su mierda 
sus besos en el llano.

El costal en su hombro carga
el día de las merecidas lágrimas.
Su madre y el sarcófago,
palidéz heridas sangre y ojos cerrados.

Escapa del encuentro la que auxilia
para ser socorrida 
sorprendida.

El dulce beso del baile entre desconocidos
que beso besa la apariencia extraña
entabla lo conocido y desafía el tiempo
y el labio se aleja más sus ojos se conocen
se recuerdan entre sueños
y se pertenecen.

El costal en su hombro carga
el día de las merecidas lágrimas.
Lo bota en un parque de flores,
para correr y abrazar sus errores,
ella de vuelta.

La polilla inmiscuída jamás lo deja
su vestido transparente su pelo sus manos
desbotonan su camisa
cosquillean sus costillas.

El beso en la muerte 
y todos vestidos de negro.
El eterno socorro protege a los débiles
del féretro pleno.

Las flores se incendian mientras ojos se observan
se miran y se exigen
acompañarse por siempre
acompañarse y no dejarse
más acompañarse en los sueños,
solo en los sueños.

jueves, 15 de agosto de 2013

Ayer

"Explicar con palabras de este mundo
que partió de mi un barco llevándome"  
A. Pizarnik



 

Ayer ví un animal en la espina dorsal de un bosque
que ocultaba la luz de las estrellas
que ocultaba la señal de humo de unas esferas de fuego encendidas.
Ayer dos canicas desconocidas observando a la ardilla negra
jugar con sus dedos a la escalera del tiempo.
Ayer mi recuerdo de ángel protegido de la tierra
caía de improvisto en la pútrida búsqueda de la gracia
cayó como caballo de guerra en el terreno de los fieles.
Ayer sus pétalos no fueron roceados por el alba
o por el espejo natural de la vida.
Ayer sus perlas jamás vistas se mostraron
entre medio de pequeñas gotas saladas
para dar paso al reloj suicida.
Ver un fantasma, al otro lado de la calle,
aspirar de mi el dulce que cubría el agrio hueco.
Girar bailando hasta la tumba
para terminar la escena plantando margaritas
y concediendo las últimas lágrimas de pena.
Esconderse, después, tras la sombra del maniquí sonriente
en la búsqueda eterna del primer rayo de luz apagado.
Y finalmente soportar la cercanía de la ausencia
en un juego de fuerzas de manos.

sábado, 10 de agosto de 2013

Ya no sé de donde vienen las palabras

Morbosidad

el gusto en ver el flujo acumulado
en dos gotas obscuras que amenazan con
caer y así

dejar, como un caracol, la huella
preciosa del camino.

El gusto de ver las gotas hundirse,
abatidas
y no poder dedicar
ninguna de ellas.

La campana dejó de manosear al pasado
en una espera perversa.
Dios sabe que,
todos los hombres saludan con sombreros
y con sus ojos
a las muchachas que alimentan
la provocación de la disputa
por alcanzar labios agrietados y dolorosos.
Hocicos golpeados
perras en perreras desafortunadas
arañadas y malditas.
Así lo hacen siempre
como un círculo eterno
en el deseo de ver quemar los cuerpos ingenuos
mientras se besan apasionadamente.
No importan las quemaduras,
si pueden guardar las cenizas de
aquellos sombreros.

Es un beso lo que pretende salvar
la humanidad corrompida por
una búsqueda morbosa

he ahí

el gusto en ver el flujo acumulado
en dos gotas obscuras que amenazan con
caer y así

dejar, como un caracol, la huella
preciosa del camino.