jueves, 15 de septiembre de 2016

Culpa

Basta mirar la culpa a la cara
para suplicar, en desgracia
la suerte de un espíritu en calma
que perdone la infamia.

Mirar a los ojos el desvío
de las pupilas concentradas
en sostener el hilo
de unas palabras manipuladas.

Tomar las manos de la luz
como si en mi tu confianza regalaras
morir en la misma cruz
que, vencida, me postro empapada.

Exigirte hasta que la duda traspasa
cada cumbre, borracho, o muchachas
hasta que la duda me masacra y
sin tocar un pelo, me retrata.

Repudio lo que hago, la moral
he dejado, y como un ángel, me paro
que canta con armonía y con descaro.

Olvido el día en que quise quedarme
repitiendo  las mismas palabras de desarme,
las palabras que me dejaban amarte
acurrucarme en tus brazos y acariciarte.

Una niña era y tú una madre y te decía-
Vives la soledad y las vencidas
no te dejas caer en las piernas de
quien absorbe tu sangre
y llora tu partida.

Y una como niña solo reza
por algún día ser tan amada
como tu amor grande que pesa
y ya olvidé las palabras
y yo lo abrazo entregada (al amor)
con palabras que juré no callarlas.